jueves, 7 de octubre de 2010

UN JUGUETE ROTO



Con sorpresa escuchaba hace unos días a un politiquillo de turno, naturalmente de esa mal llamada izquierda democrática y progresista, el cual decía de manera rimbombante que España no se rompía, que todo estaba perfectamente y que Zapatero era  un líder indiscutible y con las ideas muy claras. Ese pobre hombre, politiquillo de la izquierda democrática y progresista, no recibió ningún castigo, ni tuvo que ir al confesionario para pagar sus culpas. España no es que no se rompa es que en la actualidad es un juguete maltrecho a merced del presidente del gobierno, del señor Rubalcaba y del ínclito Pepiño Blanco.
De la misma manera que nuestra nación está sumergida en lo más profundo de la ambigüedad y del desatino, se me ocurre escribir sobre La Línea de la Concepción y de un sinfín de situaciones que están ocurriendo ante la perplejidad de la mayoría de los ciudadanos. Echando la vista de manera lo más objetivamente posible, podemos observar como el alcalde Alejandro Sánchez está echando el resto para salvar una situación complicada ante la intolerancia de los mal llamados progresistas y gente de ideología controvertida. ¿cómo se puede explicar que el portavoz de Izquierda Unida se presente en la calle Real recabando firmas y pidiendo una  auditoría en el Ayuntamiento linense?; ¿No sería más serio, mas objetivo y mas ético clamar a voz en grito por una auditoría en la propia Junta de Andalucía o en la Diputación Gaditana?.
Por otra parte me siento también sorprendido cuando escucho y leo declaraciones de señores que pertenecen a asociaciones diversas y critican de manera desaforada al alcalde por el tema del peaje como si en ello les fuera la misma vida. El paralelismo que existe entre la política a nivel nacional y la local son muestras evidentes que algo huele mal. Parafraseando al famoso poeta británico "algo huele a podrido en Dinamarca", o mejor dicho en esta España mal gobernada por Zapatero y su legión de incapacitados.
No crean ustedes que este artículo es un galimatías o una macedonia gramatical, es simplemente un acto de veracidad, objetividad y sinceridad ante los hechos que están ocurriendo en España y por supuesto en este trozo de la piel de toro que tiene que sufrir y padecer la intolerancia y la incomprensión de la mal llamada izquierda democrática  y progresista. Este es el primer capítulo de una novela escabrosa que iremos desglosando palmo a palmo. A mi particularmente, no me gusta la España actual y con respecto a La Línea, debo decir que necesita la solidaridad de todos y no una política de acoso y derribo hacia la persona de Alejandro Sánchez que en un alarde de linensísmo y valentía demostrada, está trabajando por el bien de nuestra ciudad. Necesitamos todos los linenses un gobierno fuerte en Madrid y en Sevilla para que el juguete roto tenga solución lo antes posible.